7 días me separan de la luz
Es pueril escribir entradas como ésta, pero no quiero evitarlo: dentro de una semana estaré en París. Son pocas las ocasiones que tengo de evitar tener que beber mi cáliz amargo de cada día, y necesito celebrarlo aunque sólo sea con la mente y con algunas líneas en el blog. Cuando lo leo tengo la impresión de que parece pretencioso, una jactancia palurda y vulgar que denota que el título del blog no se corresponde en lo más mínimo con la realidad. Pero para mí es simplemente una pequeña celebración de la vida, mientras ésta es todavía posible.
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