... passes you by ...



¿Podríamos haber ido, JM y yo, juntos en un barco como en esta escena? Sí, por supuesto. Podríamos haber navegado por el puerto de Barcelona, o viajado juntos en tren a cualquier lugar. O en autobús. O podríamos haber caminado juntos. Pero jamás hubiera podido ocurrir lo que ocurre allí. Él si hubiera podido ser Dermot Mulroney, pero yo nunca fui Julia Roberts. No había ningún problema en él: el problema era yo. La parte ridícula de este sentimiento no compartido siempre fui yo. Y por lo tanto el resultado final estuvo claro desde el mismísimo comienzo, aunque dolió igual que si no lo hubiera esperado. Cuando se oye decir casi en un susurro “...passes you by...” siento una desagradable opresión en el corazón e inevitablemente recuerdo a JM.

...passes you by...

Si no existiera la escena inicial de Breakfast at Tiffanny's, posiblemente sería esta otra secuencia la que mejor representaría qué es aquello a lo que yo llamo Moon River. Pero es sólo una película: no es real. Todo ha sido estudiado para producir un efecto y despertar unos sentimientos, pero es sólo una apariencia, una evocación. Salvo que el destino me sorprenda inesperadamente, mi tonta idea de Moon River tampoco va a ser real. Me quedé quieto esperando a que la vida hiciera lo que debía haber hecho yo. ¿Pero qué hacer cuando la equivocación está en ti? A otros gays les parecería aberrante lo que yo digo y pensarían que no me asumo tal como soy. Se equivocarían totalmente: me asumo así porque soy así.

Estoy seguro de que mucha gente se emociona con esta secuencia de “My best friend's wedding”. Pero para mí es algo diferente, más personal, porque el amor, como JM, siempre pasa de largo y se pierde en la lejanía. Simplemente no puede ser en esta vida. Y querrías otra para que la partida empezara de nuevo y se repartieran nuevas cartas con las que poder jugar. Tal vez en otra vida pueda yo navegar en un barco así, pero sin que el momento pase de largo.

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