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Hace poco leí esta cita de Ben Jonson:
"Los hay que ojean todos los libros, y buscan igualmente en todos los periódicos; que escriben sobre todo lo que les ocurre o sobre quien conocen en ese momento, sin discernir. Con lo que sucede que lo que han desacreditado o impugnado una semana, lo han ensalzado la semana anterior o la posterior. Así son todos los ensayistas, incluso el maestro Montaigne. Éstos, en todo lo que escriben, nos confiesan qué libros han leído últimamente, y de éstos surge el suyo en gran medida, de manera que nos lo ofrecen en bruto y sin digerir; y tampoco es que lo necesitáramos, pero les ha parecido que estaban bien provistos de material y tenían que desahogarse."
¿Qué son en realidad la mayoría de los blogs que he visto? ¿Qué significado tiene tanto “Bienvenido a mi mundo”, “mi universo”, “mi jardín secreto”, “mi rincón”? ¿Cuál es en realidad el contenido de la inmensa mayoría de ellos, incluido el mío?
Me temo que sí, que muchos sienten, o sentimos, la necesidad de hablar de nosotros mismos y de todo aquello que, por cualquier motivo, consideramos de importancia explicar. En muchos casos, que esto sea real o no, parece no ser de mucha importancia. Ni tampoco la elaboración del contenido: casi todo es bruto, y bien bruto. Aunque supongo que, con frecuencia, ese es el encanto de los blogs (o bitácoras, como habría de decir en correcto español), por lo menos para el que escribe.
Ya han pasado varios meses desde que comencé, y estoy satisfecho con mi blog. Efectivamente, ha servido para aprender. Y para expresarme. Sólo sigue en el borde de la cuchilla la privacidad, y, por lo tanto, la libertad de mi sinceridad.
"Los hay que ojean todos los libros, y buscan igualmente en todos los periódicos; que escriben sobre todo lo que les ocurre o sobre quien conocen en ese momento, sin discernir. Con lo que sucede que lo que han desacreditado o impugnado una semana, lo han ensalzado la semana anterior o la posterior. Así son todos los ensayistas, incluso el maestro Montaigne. Éstos, en todo lo que escriben, nos confiesan qué libros han leído últimamente, y de éstos surge el suyo en gran medida, de manera que nos lo ofrecen en bruto y sin digerir; y tampoco es que lo necesitáramos, pero les ha parecido que estaban bien provistos de material y tenían que desahogarse."
¿Qué son en realidad la mayoría de los blogs que he visto? ¿Qué significado tiene tanto “Bienvenido a mi mundo”, “mi universo”, “mi jardín secreto”, “mi rincón”? ¿Cuál es en realidad el contenido de la inmensa mayoría de ellos, incluido el mío?
Me temo que sí, que muchos sienten, o sentimos, la necesidad de hablar de nosotros mismos y de todo aquello que, por cualquier motivo, consideramos de importancia explicar. En muchos casos, que esto sea real o no, parece no ser de mucha importancia. Ni tampoco la elaboración del contenido: casi todo es bruto, y bien bruto. Aunque supongo que, con frecuencia, ese es el encanto de los blogs (o bitácoras, como habría de decir en correcto español), por lo menos para el que escribe.
Ya han pasado varios meses desde que comencé, y estoy satisfecho con mi blog. Efectivamente, ha servido para aprender. Y para expresarme. Sólo sigue en el borde de la cuchilla la privacidad, y, por lo tanto, la libertad de mi sinceridad.
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