El Recuerdo Divino

A veces sueño que nuestra inmortalidad se reduce a la de Dios. Decimos: mientras alguien recuerde nuestro nombre en la Tierra, no moriremos del todo. Pero al final, al final, todos los nombres serán olvidados porque no quedará nadie para recordar. Excepto Dios.

A veces creo que la inmortalidad que promete no es más que una mala broma: seguiremos existiendo de alguna manera porque Él nos seguirá recordando a todos y a cada uno de nosotros, y cada una de nuestras acciones, esperanzas y sentimientos, durante toda la Eternidad. Su Eternidad. Eso es todo.

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