De vuelta de Ginebra

Ayer por la noche regresé de Ginebra, una ciudad muy bonita que me recuerda a Bruselas, no sólo por su apariencia “francesa”, sino porque la acumulación en algunas zonas de edificios institucionales, tanto antiguos como nuevos (europeos en el caso de Bruselas, de Naciones Unidas en el caso de Ginebra) las hace equivalentes en alguna medida. Sobre todo es Ginebra la que sabe sorprender más, por el hecho de combinar una apariencia tranquila y relativamente modesta con una posición muy importante en la escena internacional. Bruselas no es tan “modesta” y el “quartier européenne” es, por supuesto, mucho más impresionante que la concentración de edificios de Naciones Unidas (la sede europea, la de UNICEF, etc.) en Ginebra.

Las fotos han salido regular, ninguna que realmente me entusiasme, como de costumbre.

En cualquier caso, el viaje valió la pena. Ha sido el primero que he hecho con la nueva compañía aerea Clickair, y el coste total, incluyendo mis gastos en Ginebra, no han superado los 40 €. Con precios así, es un auténtico placer viajar, y pienso que si la salud de mis padres no me lo impide no será la última vez que vuele con esta compañía, que no es más que Iberia con otro nombre (incluso los mostradores de atención al público en Ginebra eran los de Iberia). Parece que pronto volarán a otros destinos, entre ellos Moscú y Praga: yo les estaré esperando.

Antes de que venga el invierno aún podré hacer al menos dos viajes: volveré otra vez a París el día 20, creo recordar, y pasaré unos días en Berlín a mediados de noviembre más o menos. Espero que esta vez me de tiempo de planificarlo todo mejor.