La sed saciada

Sí, un pequeño viaje puede ser un auténtico sueño, y así ha sido el mío a Roma. Breve y delicioso. Y he comenzado a calmar mi sed por volar. Pronto podré repetir la experiencia: dentro de 11 días estaré caminando por las calles de Londres, si nada lo tuerce a última hora.

Viajar es (como) una droga capaz de producir euforia, adictiva pero que resarce por la dosis de vitalidad y entusiasmo que puede hacerte sentir.

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