La cara oscura de la religión


Hoy he podido leer en cierto periódico dos noticias diferentes pero relacionadas entre sí, ni que sea indirectamente. Por un lado se nos anuncia la inauguración de un “museo” en Estados Unidos sobre la Creación, presentado como si se trata de un gran parque temático. Sería más exacto decir que se trata de un museo para rebatir las ideas científicas acerca de la Evolución en general y la humana en particular, e intentar substituirlas por la versión bíblica de la Creación, tal como puede leerse en el Génesis. Ni siquiera se han tomado la molestia de maquillar sus afirmaciones religiosas bajo la apariencia de teoría científica, tal como acostumbra a hacer el Creacionismo más divulgado.

El mensaje es muy sencillo: todo se creó en 6 días y Dios descansó en el séptimo. Dan ganas de volver de desempolvar aquella vieja broma escolástica acerca de cómo podría haber transcurso de día y noche hasta completar una semana si, de acuerdo con el relato bíblico, el sol y la luna fueron creados el 4º día. Pero se me ocurren maneras mejores de perder el tiempo. El objetivo, más allá de divulgar la versión de la Biblia, es muy claro: crear un clima de contestación y duda acerca de la tesis evolutiva. Cuando se haya alcanzado un nivel suficiente de cuestionamiento ya no serán necesarios tantos esfuerzos. Es bien sabido que la ignorancia es atrevida, y si se consigue arrojar suficiente confusión sobre los puntos de vista que defiende la ciencia, nunca faltarán negaciones desacomplejadas y llenas de aplomo y fervor religioso. Hay que abrir un camino suficientemente ancho como para que un gran número de devotos felices se adentre sin miedo por el, incómodos como están con las ideas que arrojan dudas sobre sus mitologías, o al menos sobre sus interpretaciones literales.

Por otro lado, se ha suspendido en la televisión pública palestina un programa durante el cual un personaje con apariencia de Micky Mouse entretenía a los niños a los que iba dirigido tal espacio mientras les adoctrinaba adecuadamente en los deberes de la religión y la guerra santa (reconquista de España incluida).

Lejos de ser noticias aisladas son claramente parte de un movimiento mucho mayor en el que, lamentablemente, uno puede ver a la religión convertida en una de las fuerzas más retrógradas y amenazadoras que existen, y bien capaz de poner en riesgo el futuro del ser humano. La religión convertida en estupidez engreída, perseverante y desinhibida.

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