¡¡Cardenio reencontrado!!

¡¡No doy crédito!! Repentinamente, a bocajarro, he leído el titular de un diario on-line anunciando el hallazgo de “Cardenio”, una obra perdida de Shakespeare basada en el personaje del mismo nombre creado por Cervantes en El Quijote. Un personaje, todo hay que decirlo, con el que recuerdo haber tenido alguna fantasía hace ya muchos años, la primera vez que leí la historia del caballero manchego. Será porque la leí un soleado verano en Castilla, cuando todo parecía posible.

Tenía noticia acerca de esta obra gracias a los libros de Harold Bloom, a “El Genio de Shakespeare” de Jonathan Bate, y también a una obra interesantísima de Stuart Kelly titulada “La biblioteca de los libros perdidos”, que en esta ocasión, por suerte, se tendrá que retocar ligeramente para cambiar el estatus de esta obra de “desaparecida” al de “reencontrada”. De todo corazón, bienvenida otra vez a la cabeza y al corazón de los humanos.

Estoy escribiendo esto y me parece asombroso que lo esté haciendo. ¡¡Cardenio reencontrado!! El diario EL Mundo (que es donde leí la noticia) no lo destacaba especialmente en su página web, sino que aparecía discretamente en la sección cultural. De hecho, estúpidamente, han titulado el artículo así: “Recuperan una continuación del 'Quijote' escrita por William Shakespeare en 1612”. Cardenio no es, hasta donde yo sé, ninguna continuación del Quijote sino una obra teatral (escrita en cooperación con otro autor, eso sí) basada en el personaje de Miguel de Cervantes. Recuerdo como comparaba Bloom a Cervantes y a Shakespeare en Genios y en otros de sus libros, y escribía acerca de como le había gustado el relato de su amigo Anthony Burgess titulado "A Meeting in Valladolid" (llevado al cine como Miguel y William), una fantasía acerca de un hipotético encuentro entre los dos grandes literatos durante un posible viaje de Shakespeare a España en su juventud. Recuerdo también sus explicaciones acerca de como es algo seguro que el inglés sabía positivamente que en el mundo había por lo menos una persona de su mismo genio, ya que leyó la traducción del Quijote al inglés publicada en 1612, mientras que, con casi total seguridad, Cervantes nunca supo nada de Shakespeare ni de su obra.

En fin, dado que el artículo de El Mundo sólo puede ser leído en su integridad por sus subscriptores y yo no lo soy, tendré que esperar a que se extienda la noticia para conocer más detalles. No obstante, una búsqueda rápida en internet no ofrece resultados alentadores: no he encontrado nada más acerca del hallazgo. Tampoco recogen la noticia de momento ni la BBC ni The Guardian. Me parece sospechoso, aunque la fuente de la fuente es el mismísimo director de la Royal Shakespeare Company, Gregory Doran. Espero que no se trate de una equivocación que finalmente quede en nada.

Por lo demás, no puedo evitar pensar en Harold Bloom. ¿Lo sabrá ya? ¿Cómo reaccionará ante la noticia del descubrimiento de una nueva obra de Shakespeare? Obviamente, esto depende de la propia obra, que habría sido escrita sólo parcialmente por el dramaturgo inglés. Tal vez, como en el caso de los relatos mixtos de Borges y Bioy Casares, el resultado no sea el más óptimo. Veremos.

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