La religión tiene que prevalecer
En la página web de Richard Dawkins todavía se puede consultar un artículo de opinión de Sam Brownback, senador norteamericano y cándidato a la Presidencia de su país por el partido repulicano, publicado el pasado mes de mayo en el New York Times. En su artículo, que ha sido duramente criticado por la revista científica Nature, afirma sin ningún género de ambigüedad:
Aunque ninguna piedra tiene que dejar de levantarse en la búsqueda de los orígenes de la naturaleza humana, podemos decir con convicción que conocemos con certeza parte de la solución. El hombre no fue un accidente y refleja una imagen y apariencia únicas en el orden creado. Aquellos aspectos de la teoría evolutiva compatibles con esta verdad son un añadido bienvenido al conocimiento humano. Los aspectos de esas teorías que socavan esa verdad, deben, sin embargo, ser firmemente rechazados como teología atea planteada como ciencia.
("While no stone should be left unturned in seeking to discover the nature of man's origins, we can say with conviction that we know with certainty at least part of the outcome. Man was not an accident and reflects an image and likeness unique in the created order. Those aspects of evolutionary theory compatible with this truth are a welcome addition to human knowledge. Aspects of these theories that undermine this truth, however, should be firmly rejected as an atheistic theology posing as science. ")
No ha podido dejarlo más claro: cuando la Ciencia colisiona con la religión, es la Ciencia la que debe retroceder y callarse. Y uno se pregunta ¿qué medidas tomarían en el caso de que los científicos se negaran a acatar esta estupidez? ¿Y qué es lo que piensan que se tendría que enseñar en las escuelas? De momento sólo conozco con seguridad la respuesta a la segunda pregunta.
Si el senador Brownback fuera una excepción, una especie de extremista iluminado metido a político, no me causaría tanta inquietud, pero lo cierto es que este señor dista mucho de ser un caso excepcional ni en su país ni en el resto del mundo. Se trata más bien de todo lo contrario: ha tomado la decisión de publicar semejante artículo porque sabe que será acogido favorablemente por amplios sectores del electorado americano. Por cierto, no se trata de un miembro de alguna secta fundamentalista (aunque provenga del evangelismo) sino de un católico romano próximo al Opus Dei.
El fundamentalismo religioso está en auge. Es una marea creciente bien capaz de llevarnos a todos al desastre.
Aunque ninguna piedra tiene que dejar de levantarse en la búsqueda de los orígenes de la naturaleza humana, podemos decir con convicción que conocemos con certeza parte de la solución. El hombre no fue un accidente y refleja una imagen y apariencia únicas en el orden creado. Aquellos aspectos de la teoría evolutiva compatibles con esta verdad son un añadido bienvenido al conocimiento humano. Los aspectos de esas teorías que socavan esa verdad, deben, sin embargo, ser firmemente rechazados como teología atea planteada como ciencia.
("While no stone should be left unturned in seeking to discover the nature of man's origins, we can say with conviction that we know with certainty at least part of the outcome. Man was not an accident and reflects an image and likeness unique in the created order. Those aspects of evolutionary theory compatible with this truth are a welcome addition to human knowledge. Aspects of these theories that undermine this truth, however, should be firmly rejected as an atheistic theology posing as science. ")
No ha podido dejarlo más claro: cuando la Ciencia colisiona con la religión, es la Ciencia la que debe retroceder y callarse. Y uno se pregunta ¿qué medidas tomarían en el caso de que los científicos se negaran a acatar esta estupidez? ¿Y qué es lo que piensan que se tendría que enseñar en las escuelas? De momento sólo conozco con seguridad la respuesta a la segunda pregunta.
Si el senador Brownback fuera una excepción, una especie de extremista iluminado metido a político, no me causaría tanta inquietud, pero lo cierto es que este señor dista mucho de ser un caso excepcional ni en su país ni en el resto del mundo. Se trata más bien de todo lo contrario: ha tomado la decisión de publicar semejante artículo porque sabe que será acogido favorablemente por amplios sectores del electorado americano. Por cierto, no se trata de un miembro de alguna secta fundamentalista (aunque provenga del evangelismo) sino de un católico romano próximo al Opus Dei.
El fundamentalismo religioso está en auge. Es una marea creciente bien capaz de llevarnos a todos al desastre.
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