La tumba de Marco Antonio y Cleopatra
Si ayer la noticia fue el hallazgo o, mejor dicho, la identificación de la momia de la gran faraona egipcia Hatshepsut, dentro de poco tiempo el mundo puede despertarse con una novedad muchísimo más interesante si cabe: la confirmación oficial del hallazgo de la tumba de Marco Antonio y Cleopatra.
Según lo que se anunció hace más o menos un año, hay evidencias de que la tumba de Cleopatra, es decir, el lugar al que la habrían trasladado desde Alejandría para asegurar la conservación de su cadáver, se encuentra bajo el templo de Taposiris Magna, en el Delta del Nilo, junto al lago Mariut (actual Abusir), a unos 30 kilómetros al sur de Alejandría. Ese templo habría sido elegido, al parecer, por ser un lugar especialmente sagrado para los antiguos egipcios, además de reunir una serie de condiciones que deberían haber favorecido la conservación del cadáver de la reina. Pero desgraciadamente parece que la zona ha sufrido periódicamente inundaciones desde la Edad Media y por lo tanto es una gran incógnita saber qué es lo que se podría encontrar en el interior de la cámara sepulcral (situada a unos 53 metros bajo tierra), por no mencionar los posibles saqueos que podría haber sufrido a lo largo del tiempo.
Es el propio Zahi Hawass, el polémico secretario general del Consejo de Antigüedades de Egipto, quien cree que la tumba de los famosos amantes se encuentra aquí. Hace años que una misión arqueológica francesa (dirigida por Marie-Françoise Boussac, y con página web propia en Internet) está trabajando en este lugar, pero ignoro si paralelamente arqueólogos egipcios o de otros países buscan la tumba de la reina. En cualquier caso, todo parece indicar que pronto se podrán despejar estas y otras dudas. A parte de la importancia arqueológica del lugar de descanso de la última faraona, el máximo interés, al menos para mí, radica en saber si en su interior se conservan sus restos mortales (y los de Marco Antonio), y si, a partir de ellos, es posible reconstruir su apariencia física, como se hizo hace apenas unos años con el faraón Tutankamon, además de aclarar las causas reales de su muerte, más allá del dato conocido de que se trató de un suicidio. En fin, cualquier información real acerca de este personaje mítico que vivió hace más de 2.000 años será bien recibido.
No hay en estos momentos demasiados datos en Internet de ese lugar, el templo de Taposiris Magna, pero a buen seguro, de ser ciertas las noticias de que fue el lugar de enterramiento de la legendaria reina egipcia, será pronto celebérrimo.
Comentarios